Pasar al contenido principal

Niños que hacen florecer el cambio: Bupa celebra los logros del espacio verde en Quito

0
Texto
-
2
minutos
Compartir     
huellas de cambio: cosechando logros

Quito, 15 de octubre de 2025. – En la Unidad Educativa Municipal Juan Wisneth, en Quito, la naturaleza y la educación se unieron para celebrar una gran victoria: los logros alcanzados por el espacio verde creado gracias a Huellas de Cambio, el programa de sostenibilidad de Bupa Global Latinoamérica que busca cuidar la salud de las personas y del planeta.

Durante la jornada especial “Casa Abierta”, los protagonistas fueron los niños y niñas que, con sus propias manos, hicieron florecer este rincón verde en su escuela. Entre risas, aprendizajes y trabajo en equipo, compartieron con orgullo los resultados de un proyecto que los conecta con la tierra, les enseña a sembrar vida y a cuidar del entorno que los rodea.

Sebastian platicando con estudianteLa cosechaLa cosecha: lechuga

Un aula viva que inspira

Este espacio natural no es solo un jardín: es un aula al aire libre donde los estudiantes aprenden sobre matemáticas, ciencias, arte y mucho más, a través de la observación y el contacto directo con la naturaleza. Más de 300 horas pedagógicas se han desarrollado en este entorno, donde las plantas, flores y árboles se convierten en herramientas de aprendizaje y transformación.

“Nuestros espacios naturales de Huellas de Cambio son mucho más que jardines; son aulas que inspiran, transforman y conectan a los estudiantes y a toda su comunidad con el medio ambiente. En Bupa creemos que cuidar la salud del planeta es cuidar la salud de las personas”, expresó Ricardo Arango Pezet, Gerente General de Bupa Ecuador, Centroamérica y Caribe.

Estudiantes presentando productosEstudiantes presentando acerca de sus siembras

Aprender con la tierra y el corazón

El espacio verde fue creado bajo la metodología TiNi (Tierra de Niñas, Niños y Jóvenes), reconocida por la UNESCO como una buena práctica de educación ambiental. A través de esta metodología, los estudiantes descubren que sembrar no solo implica cuidar una planta, sino también cultivar valores como la responsabilidad, la colaboración y el amor por la vida.

“Este jardín es una muestra de lo que sucede cuando la educación se conecta con la naturaleza. Florece gracias al compromiso y la alegría de los niños, que han hecho de este lugar un símbolo de esperanza y salud”, destacó Elizabeth Segovia, directora ejecutiva y fundadora de la Fundación MIWA.

Sembrando futuro

La iniciativa, impulsada por Bupa Ecuador junto con la Asociación para la Niñez y su Ambiente (ANIA) y la Fundación MIWA Educación y Conciencia Ambiental, demuestra que cuando se brinda a los niños la oportunidad de ser parte del cambio, ellos responden con entusiasmo, creatividad y compromiso.

Hoy, este espacio verde en Quito es una prueba viva de que la sostenibilidad se construye desde la educación, desde las pequeñas manos que siembran y desde los corazones que creen en un futuro más saludable para todos.